El juego del ajedrez lleva, intrinsecamente, una serie de valores que hacen del juego-ciencia una escuela para la vida.
Acompañando lo que este maravilloso juego nos ofrece intentamos, desde nuestra labor docente, fomentar el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la justicia, la equidad, la empatía, la
tolerancia, la solidaridad y la excelencia.